Bordando palabras, conversaciones con Paula Ortiz

Paula Ortiz, autora e ilustradora

De una obsesión por el abecedario nace Tan Tan, el nuevo libro de Paula Ortiz publicado por Cataplum Libros.

Paula es una ilustradora llena de obsesiones. Por cada letra del abecedario tiene un dosier donde clasifica ciudades, países, historias y ahora sonidos. Aunque no es su única fascinación, también le encanta hacer listas de todo, lo que parecía un gusto intenso por las 27 letras del alfabeto es hoy un producto editorial sin igual.

Y si me cuentas habló con ella para preguntarle sobre su recorrido en el mundo editorial, su paso por la industria textil y todo el camino que hoy la llevan a presentar un trabajo impecable en la FILBo 2019.

¿Cómo fueron tus comienzos en el ámbito de la ilustración?

Paula Ortiz (P.O.): Desde pequeña me encantó dibujar y cuando decidí estudiar diseño gráfico pude relacionarme con la imagen desde la comunicación. En quinto semestre me encontré con la ilustración y cuando terminé la carrera en 2009 no había un campo para desempeñarme de la forma en que a mí me gustaba. Entonces decidí hacer lo más cercano en ese momento que era trabajar en ilustración textil, haciendo estampados y telas. Empecé en ese mundo, me gustó, lo disfruté, pero siempre sentía que lo que quería era hacer libros.

¿Cuándo pasaste de ilustradora textil a ilustradora de libros?

P.O.: Me fui a Buenos Aires, Argentina, a estudiar procesos creativos para libro álbum en la Escuela de Arte Sótano Blanco. Paralelo a esto empecé a asistir a talleres de formación y ahí di el salto de ilustradora textil a ilustradora de libros. Fue completamente acertado y me sentí en lo mío. Así fue mi inicio, haciendo ilustraciones para libros, revistas y proyectos experimentales.

¿Cuál fue tu primer proyecto a nivel profesional?

P.O.: El primer proyecto en el que trabajé fue El Mohán un libro de la colección El Barco de Vapor de SM de María Inés McCormick. Después ilustré La Llorona de Triunfo Arciniegas.

¿Qué es lo que más te gusta de ilustrar literatura infantil?

P.O.: Me gusta el momento previo a leer. Ese momento donde imaginas y las ideas empiezan a detonar. En los libros me encanta saber que hay un espacio para la imaginación y la interpretación personal. Soy partidaria de que los ilustradores tenemos una voz igual que los autores, una voz que se plantea a través de las imágenes y que muestra lo que quieres comunicar. Estás mostrando tu conclusión a partir de tu interpretación. Para mí la ilustración y la literatura permiten contar la visión y la interpretación de ese mundo que estás leyendo.

¿Cómo es tu proceso creativo para ilustrar? ¿Cómo llegan las ideas?

P.O.: Leo por montones y además doy inicio a un proceso particular cuando creo mis personajes, los asocio a hechos políticos o momentos históricos importantes. En el cuento Comadrita la rana de Pilar Posada, la rana, a pesar de que no es evidente, fue inspirada en la princesa Diana. La elegí porque me gustaba la forma en la que ella se movía, las poses, no me interesa mostrar un personaje como tal y retratarlo, pero sí me sirve de inspiración. Me inspiran las fotografías, la historias y las situaciones sociales. Es un gran proceso de investigación que hago y lo disfruto. Hay un proceso de lectura y análisis de lo que quiero contar y después cuando tengo esa nube clara, decanto toda la información que tengo y arranco a dibujar.

¿Cuándo ilustras que tanto imprimes de tus experiencias personales?

P.O.: Tal vez no es muy evidente, pero mis libros están llenos de personajes y creo que eso tiene que ver con mis experiencias de vida. Siempre busco la forma de meter guiños en las ilustraciones. Por ejemplo, en el libro de La Llorona encima de la nalga de la mamá hay una mosca parada, en el libro de Tan Tan la letra L es Elvis y se refiere a la canción en la que él cantaba lalala y me gusta mucho. No son guiños que trasciendan más allá de que tengan un mensaje o algo en particular. También me gusta deconstruir cosas y hacer todo lo que se puede con la imagen. No soy partidaria de quedarme estática en una sola forma de hacer o ver la imagen. Por eso soy de las que decide experimentar cosas nuevas y creo que eso se debe a la experiencia que tuve en el mundo textil.

Una de las novedades para la #FILBo2019 de la editorial Cataplum Libros. Un libro álbum de la ilustradora Paula Ortiz que da vida a las 27 letras del abecedario a través de sonidos.

¿Qué técnicas sueles utilizar?

P.O.: Yo me siento más cómoda con la tempera, gran parte de mi trabajo se ha desarrollado con ese método. Casi siempre, todos los libros los hago de manera análoga. Ahora, las ilustraciones que me piden de forma comercial para revistas y publicidad las hago en digital porque los tiempos son más apresurados. Cuando trabajo a mano soy supremamente lenta. Con Tan Tan es la primera vez que hago un libro bordado, todo lo que he hecho en esa técnica ha sido completamente experimental.

Tan Tan, tu más reciente publicación con Cataplum Libros, unió el mundo textil y el editorial.

 P.O.: Sí, de las cosas que más quiero de este libro es que conectó mis dos formaciones hacer libros y trabajar en textil.

 

¿De dónde nace Tan Tan, abecedario de sonidos?

P.O.:  Tan Tan es el resumen a nivel técnico de mucho tiempo de experimentación. Venía trabajando con pintura sobre tela y bordado en proyectos personales. Todo empezó por un bordado que es la letra P que representaba un pájaro y que decía Pio pio. Cuando terminé de bordar esa imagen me di cuenta de que había algo interesante por explorar, de ahí surge la pregunta. Luego hice un boceto de la letra A con una onomatopeya y ahí nació todo. Siempre he tenido una ligera obsesión por el abecedario. Me gusta buscar ciudades por todas letras del abecedario, países, sonidos, todo por las letras. Entonces empecé a investigar por cada letra del abecedario qué sonidos u o onomatopeyas podía encontrar. En un principio fue algo personal, no pensé que fuera un proyecto editorial, fue un disfrute de mi obsesión.

 

¿Cómo se convirtió en este gran proyecto editorial?

P.O.:  En la Feria del Libro de Bogotá del año pasado me reuní con Cataplum y después de conversar compartí con María Fernanda Paz, directora de la editorial, toda la investigación que había hecho para las letras y el bordado de la letra P. Esto bastó para que detonaran las ideas y nos pusiéramos a trabajar.

¿Cómo es la anatomía de Tan Tan?

P.O.: Bordar 28 letras no iba a ser tan sencillo entonces por eso tomamos la decisión de experimentar. La primera misión fue que cada una de las letras iba a ser en serigrafía y sobre ellas se iba a bordar cada uno de los personajes. Hicimos la primera prueba y funcionó.

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Cuéntanos un poco del proceso.

P.O.: El libro se hizo en cuatro fases. Primero los bocetos a lápiz, después en vectores donde hice el estudio de color y luego empecé a elaborarlo de manera análoga. Para eso, ya con los colores en mente, preparé tintas e hice todo el proceso para quemar el arte para la serigrafía y estampar cada una de las letras. Por último, dibujé sobre la tela y bordé todo desde la portada hasta la contra y cada una de las onomatopeyas, eso me tomó como seis meses. Una vez quedó listo pasamos a un proceso de fotografía donde se editaron las imágenes y luego se armó todo el libro con el equipo de Cataplum.

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¿Qué papel jugaron las guardas?

P.O.: Decidimos que fueran más sencillas. Sentimos que el libro tenía una carga enorme en texturas, contenido, color y no alcanzábamos a visualizar como darle más textura o más elementos. Por eso acordamos que las guardas iban a ser una introducción al colorido que hay al interior del libro, azul adelante y el cierre en amarillo. Las guardas también fueron estampadas.

¿Dónde aprendiste a bordar?

P.O.: He venido experimentando con el bordado, no he estado en clases formales. Cuando tenía siete años hice un dechado en el colegio y en la universidad un proyecto que fue un desastre. Esos fueron mis primeros acercamientos. El libro Tan Tan tiene puntadas sencillas, yo no me considero bordadora, siempre trato de que todo esté pulido, que el volumen del hilo sea acorde y la dirección de las puntuadas igual. Ha sido más un trabajo de aprendizaje personal.

¿Ha habido algún trabajo que consideres especialmente importante en tu trayectoria hasta ahora?

P.O.: Cada libro que se publica en su momento es el más emotivo porque acabas de entregarle un montón de tiempo. Sin embargo, para mí, Tan Tan ha sido el más especial hasta ahora porque pude ver en un producto tangible mi obsesión con el abecedario. Además, pude crear 28 personajes diferentes y es el libro que cerró mi brecha entre la ilustración textil y la ilustración editorial. Es un proyecto que me encantó porque desde la parte técnica se volvió un reto y tiene un valor extra porque es mi primer libro como autora e ilustradora.

¿Cuáles son tus referentes, lo que te inspira o te influye?

P.O.:  Klimt es un artista que admiro mucho y que ha influido en mi trabajo, aunque no sea evidente, sobre todo, porque empezó siendo artista y luego fue uno de los primeros ilustradores de moda de la época. Me encanta la forma en que retrata a la mujer y sus atuendos, siempre me ha parecido fascinante por las texturas. También me gusta la ilustradora Jillian Tamaki que además borda y también la ilustradora italiana Beatrice Alemagna por la naturalidad de sus personajes y los escenarios que dibuja.

Tus libros están llenos de personajes y Tan Tan no se queda atrás.  ¿Cómo construyes cada uno de ellos desde la ilustración?

P.O.: Antes de nacer desde la forma, los personajes surgen a partir de la palabra. Entre las obsesiones que tengo está hacer listas. Y para construir mis personajes hago grandes listados y planeo cuál es el rol que va a tener el personaje en la historia que vaya a contar. En el libro Tan Tan no son tan evidente los roles porque no es un libro secuencial sino serial. Pero en los otros libros que he ilustrado los personajes son más narrativos y secuenciales, pienso en las actitudes que pueden tener, los perfilo a través de las palabras, pienso qué comportamiento tendrían si pasan ciertas cosas y así los materializo. Por eso creo que toda esa construcción viene de palabra y luego termina dándome una imagen.

¿Además de hacer trabajos como ilustradora en qué otros proyectos editoriales has trabajado? 

P.O.: He trabajado haciendo ilustraciones de textos escolares y para revistas. Es un proceso diferente porque son imágenes conceptuales, el campo narrativo cambia en ese tipo de imágenes. He hecho ilustraciones para la revista Comfama, la revista Bienestar y la revista Protección. Eso sí debo decir que me siento muchísimo mas cómoda en la literatura.

¿Cuál es tu proyecto ideal en cuanto a ilustración?

P.O.: Cada proyecto funciona diferente según el rol que asuma, autor-ilustrador o solo ilustrador. En cada uno he disfrutado el papel, pero la sensación de ser autora es diferente, ves el libro de otra forma y hacerlo me dio la oportunidad de retroalimentar cada parte del trabajo y tener más perspectiva. Es una satisfacción trabajar así. Las dinámicas cambian en cada libro por eso también disfruto ilustrar las historias de otros autores porque me permiten leer su mirada y ofrecerles una voz. Quizá lo más importante es tener libertad para proponer y mostrar el punto de vista como ilustrador.

¿Cuál es el consejo que le darías a alguien que se quiera dedicar a la ilustración?

P.O.: Uno sencillo: insistir persistir y nunca desistir.

¿Cuál es el mejor que te han dado a ti hasta el momento?

P.O.: El mejor consejo que me han dado ha sido creer en lo que uno hace, tener certeza y confianza.

¿Qué consejo le darías a los padres para que sus hijos se acerquen a la lectura?

P.O.: Yo creo que la lectura es fantástica siempre y cuando se pueda mostrar que es fantástica. Para mi un libro es viajar. Así, en la medida que a uno lo entusiasmen a un viaje va a ser mejor y más la emoción. No es lo mismo decirle a un niño “toca ir a la casa de la abuela” a “¡Vamos a visitar a la abuela, ¡qué bien!”. Lo mismo pasa con los libros. Es preciso encontrar el espacio para introducirlos a la lectura.

También creo que también hay que quitar los prejuicios de pensar qué es literatura infantil y qué no lo es. Todos podemos leer cualquier tipo de literatura y disfrutarla. Además, considero importante eliminar el prejuicio de que los libros sin textos no son lo suficientemente buenos o son básicos. A los niños hay que darles la oportunidad de aprender a leer las imágenes, sobre todo, en la medida que los niños sean más observadores, los adultos también podemos serlo y los sentidos se van agudizar más.

Me he encontrado con padres que no permiten que sus hijos elijan un libro silente por el simple hecho de no tener un texto visible. Y no entienden que el hecho de que ya eligiera un libro es porque algo tiene que lo enganchó, que lo atrajo y, como mediadores, los padres deben guiar su lectura. A veces el error que comenten los papás es sesgar los gustos de los libros y en vez de un buen consejo generan un choque, un bloqueo para que empiecen a cultivar sus propios gustos lectores. Creo que es importante recordarles a los padres que las imágenes se leen y tienen múltiples interpretaciones a diferencia de los textos y la palabra. Y eso es lo bonito, que una imagen puede detonar muchas más cosas que incluso una sola palabra.

¿Qué es lo que más te gustó de trabajar en Tan Tan?

P.O.: Que una obsesión se volvió un producto. Creo que lo que más me gustó fue ver que ese gusto particular e intenso que tuve desde niña pueda hoy ser un proyecto editorial. Además, fue una idea que nació de forma accidental, orgánica y se convirtió en algo tangible que la gente disfruta y eso es lo más maravilloso.

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¿Cuáles son tus próximos proyectos?

P.O.: Ahora voy a retomar Lapiz Azul, el taller que cofundé. Es momento de reactivarlo para seguir dando charlas, exposiciones y hablar de los oficios. También estoy trabajando en proyectos de mi autoría y en libros ilustrados que me han encargado.

Nos recomiendas un libro y un ilustrador

P.O.: Recomiendo Mi pequeño hermano invisible de Ana Pez. Ese libro me parece técnicamente fantástico. El juego con la imagen me parece particular porque hay elementos que aparecen y desaparecen. Y un libro al que siempre estaré apegada y recomiendo es Mujercitas de Louisa May Alcot. Recomiendo también a Anthony Browne un clásico y referente para la creación de personajes.

3 comentarios sobre “Bordando palabras, conversaciones con Paula Ortiz

  1. Gracias Andrea por
    “ilustrarnos con tus ilustraciones”
    Tu trabajo es maravilloso!!!
    Dios siga fortaleciendo tu mente para que tus logros sean muchos y tus éxitos y tus preciosos dibujos se extiendan para bien de la niñez que es el principio de la vida!!!
    Un abrazo

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